Amazonas

Amazonas
Atardecer desde el barco, río Amazonas

domingo, 15 de enero de 2012

El retorno, Rio Branco y Cobija

Hay dos líneas de bus que van al aeropuerto de Manaus, 306 y 418, la primera cobra 2,75 reales (cada hora) y la segunda 4,25 (cada 15 minutos), la diferencia además del horario y el precio es que la 418 son micros pequeños, entonces es más difícil viajar con equipaje la hora de recorrido desde el centro a la terminal aérea. El aeropuerto está siendo remodelado para el mundial, es muy moderno y cómodo. Salí hacia Rio Branco con escala en Porto Velho, a las 7 de la noche y llegué a mi destino a las 10:30. La sorpresa fue que el costo del taxi a la ciudad era de 90 reales (142 Bs.) para un recorrido de no más de 7 Km. así que esperé no mas el último bus que me dejó en la terminal terrestre, pensaba pasar a noche ahí para tomar los taxis a Brasilea, en la frontera con Bolivia a las 5 de la mañana, pero no lo hice porque es un espacio abierto, como una gran gasolinera, donde - según la gente del bus - abundan ladrones y es peligroso, así que tomé una habitación en un hotel al frente a 40 reales, el jabón y el papel higiénico te lo cobran aparte.

Dio la casualidad de que mientras me registraba también lo hacía un conductor de taxi que al día siguiente partiría temprano hacia la frontera, así que acordamos salir juntos para esperar más pasajeros y salir temprano, puesto que mi vuelo de retorno a La Paz salía a las 11 de la mañana y tenía el tiempo justo.

Rio Branco, por lo poco que pude ver, es una ciudad muy ordenada y con lugares muy bonitos como el puente sobre el río Acre, la calzada que bordea el río y la plaza principal.

Salimos a las 6:00 y por suerte ya habían personas esperando en la terminal, así que no costó mucho tiempo que se llenará el taxi, el costo por persona es de 40 reales. Son dos horas y media por una carretera que cruza por colinas verdes con árboles altísimos y algunos pequeños pueblos, hasta llegar a Epitaciolandia (ciudad conurbana con Brasilea), donde está el puente internacional y las oficinas de migración. Me sorprendí nuevamente por la cantidad de haitianos que vi en las calles de Brasilea, me contaron que son como 4 mil que también están varados en esta frontera a la espera de su carta para internarse a Brasil y tratar de llegar a Guyana Francesa. La diferencia con Tabatinga es que aquí el gobierno del Estado de Acre les brinda refugio y alimentación.

Pese a la amenaza de lluvía, y como tenía un poco de tiempo para llegar al aeropuerto, me fui desde el puente en mototaxi hasta el centro de Cobija, ciudad que creció mucho desde la última vez que estuve allá, con un movimiento comercial muy importante, galerías comerciales, restaurantes y bares llenos de brasileños que aprovechan los precios de electrodomésticos, aparatos electrónicos, ropa y comida, notoriamente menores a los de su país. No desaproveché la oportunidad de comer unas deliciosas salteñas (empanadas tradicionales bolivianas de carne o pollo) que ya estaba extrañando.

La lluvia y el calor despidieron mi larga visita a la hermosa amazonía, al despegar pude ver una vez más la verde inmensidad de la selva y las llanuras y los enormes ríos que la atraviesan, en contraste con mi ciudad rodeada de montañas nevadas a la que llegué una hora después.

No hay comentarios:

Publicar un comentario