Amazonas

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Atardecer desde el barco, río Amazonas

lunes, 2 de enero de 2012

Iquitos, la selva y el río

Iquitos nos sorprendió por la cantidad inmensa de motocar, motocicletas que llevan un acople atrás con tres asientos bajo un toldo. Son miles y se mueven caóticamente por toda la ciudad. Se parace mucho a Trinidad, Bolivia, aunque es una ciudad mucho más grande y poblada. Como llegamos pasado el mediodía, nos registramos rápidamente en el Flying Dog Hostel y nos fuimos al mercado a almorzar, menú a sólo 3,50 soles que incluyó unos ajíes parecidos a las ulupicas, pero amarillas y así de picantes, transpiré triple, con la sopa y los dos ajíes charapas.

Por el calor nos entramos a un bar llamado "Chupódromo" a tomar cervezas a 3 por 10 soles. Tomamos valor de 60 soles y salimos cantando adios al 2011. Luego nos fuimos alegres y borrachos a una fiesta popular en un centro cívico, donde continuamos hasta el amanecer, bueno yo, porque mis compañeros de viaje se recogieron antes (yo también, pero volví con nuevas amigas y los amigos del hostel hasta quién sabe qué hora).

El chaki (resaca) no impidió que vayamos temprano (digamos a las 11:00 del 1° de enero) a comer un ceviche y una cecina con tacacho (plato tradicional). De ahí al zoologico y laguna de Quistococha, el motocar cobró 12 soles hasta el lugar y se paga 3 más por la entrada. Si bien está un poco descuidado es un lindo lugar para conocer a los animales de la selva, nos llamó la atención el mono con la cara colorada, los guacamayos y el delfín Huayrurín, que juega solitario en su estanque con una pelota y un disco. Luego nos dimos un chapuzón en la laguna que tiene una playa con arena blanca y algunos juegos. Pese a que los mosquitos se dieron un festín con nosotros la pasamos muy bien.

Como ya era un poco tarde no pudimos entrar al IIPA, donde hay un albergue de manatíes, así que volvimos al día siguente. Un grupo de voluntarios nos explicó que muchas personas matán a las madres y tienen a las crías de manatí como mascotas. Son rescatadas y rehabilitadas en este lugar, donde se les puede dar leche y comida (plantas acuáticas). No tiene costo, pero se puede dejar un aporte voluntario.

Paseamos luego el mercado Belén donde pudimos ver a la venta cosas extrañisimas para nosotros como diversidad de peces, raices, tortugas, licores afrodisiacos, etc. Una locura. De ahí cruzamos la ciudad en un micro (con carrocería de madera y sin vidrios) hasta Bellavista - Nanay, la señora que anunciaba el destino gritaba de rato en rato Nanay-Nanay, lo que no dejaba de ser gracioso.

Allí se nos avalanzaron los lancheros para oferecernos visitas al serpentario, a los indígenas Boras, al Amazonas, a todo lado. Tomamos uno a 30 soles el bote, aparte se debía pagar 20 para entrar a cada lugar. Fuimos por el río Nanay hasta la desembocadura del río Mamón, ingresamos por allí hasta el albergue de animales "Sueños del Momón" donde pudimos acariciar y alzar un oso perezoso, cargar en el hombro unos guacamayos, y envolvernos en una anaconda!!!

Ya no fuimos donde los indígenas boras por falta de fondos, así que aquí me tienen escribiendo el relato y esperando que sean las 6 de la mañana para embarcarnos en el barco que nos llevará por el río Amazonas a la triple frontera.

1 comentario:

  1. felicidades linda la historia, la verdad un año nuevo diferente espero el proximo planificar bien una nueva travesia con ustedes, sigan adelante y los mejores deseos para este 2011 y apurate en volver que tengo que entregarte tu invitacion para el 21 de enero saludos kb

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